El Camino Español fue una ruta militar en la Europa de los Austrias, utilizada para el transporte de los Tercios españoles desde Milán hasta Flandes en el contexto de la Guerra de los Ochenta años. El camino supuso uno de los grandes avances logísticos militares del momento y, por ello, se vio amenazado constantemente por los enemigos europeos de la Monarquía Hispánica y, además, esto atrajo la atención de todo el centro de Europa. Podemos ver la evolución del Camino Español desde su apogeo en los siglos XVI y XVII hasta llegar a la actualidad; Comenzó siendo una ruta militar decisiva para la política española, que transformó ciudades y regiones, pasó a caer en el olvido en los siglos XVIII y XIX y se reconvirtió y evolucionó hacia una ruta turística ya a finales del siglo XX.
Rutas y antecedentes al Camino Español
Las rutas que unen Flandes con la Península Ibérica no solo hay que buscarlas dentro del contexto de la Guerra de los Ochenta años, hay que retroceder unos pocos siglos para encontrar las primeras rutas que unían estos dos territorios europeos. Los primeros acercamientos comerciales se dan alrededor del siglo XIII cuando algunas ciudades del norte de Castilla empiezan a comercializar principalmente con Francia, pero llegando hasta territorios flamencos. Pero será a partir de siglo XV, momento en el que las técnicas mercantiles alcanzan un alto grado de perfeccionamiento en las rutas que unían a Castilla con Flandes, cuando este comercio da un salto y se expande con mayor fuerza. El declive del comercio se relacionó con el control del Canal de la Mancha por los corsarios ingleses y la hostilidad de los holandeses.
Hablando unicamente del ámbito militar fueron varios los intentos para que las tropas llegaran a Flandes (la ruta principal que unía estos dos territorios era la marítima) pero esta ruta se volvió casi imposible por varios motivos. Uno de ellos fue la pérdida de la plaza de Calais que cayó en manos francesas en 1558. Así que cerrada esta ruta solo quedaba otra opción, unir estos territorios por tierra. Se necesitaba conseguir una ruta segura que no pisara territorio enemigo. Aquí encontramos el nacimiento del conocido como Camino Español.
Los inicios del camino español: Felipe II
El gran precursor del Camino Español fue el cardenal Granvela, quien ideó la ruta para que Felipe II fuera a solucionar las revueltas que se estaban dando en Flandes, pero el primer usuario de esta ruta militar fue el Duque de Alba en 1566. Este primer camino pasaba por Alessandria, Asti, Turín, valle de Aosta, Susa, Chambéry, Franco-Condado, montes de Jura, Nancy, Thionville, Luxemburgo y Bruselas. Aunque España tenía una firme amistad con todos los estados por donde transcurría el camino, estos eran independientes y cada vez que las tropas querían pasar por ellos había que realizar labores diplomáticas. A partir de 1571 Felipe II decidió abrir embajadas permanentes en estos territorios salvo en Lorena, donde cada vez que solicitaba el paso se enviaba un comisario desde Bruselas, al igual que en Lieja.
El Duque de Alba era muy minucioso y antes de recorrer el camino, él y su comisario general, Francisco de Ibarra, enviaron un ingeniero especializado y 300 zapadores para construir explanadas y ensanchar los caminos por algunos de los empinados valles por los que iban a pasar. También les acompañaba un pintor que realizó mapas de los sitios, algo que hizo que su camino fuera mucho más rápido. Con Alba se calcula que recorrieron el primer camino unos 10.000 soldados pertenecientes a los tercios y un regimiento de infantería alemana mandado por el conde Alberico de Lodron.
Había en el Camino Español tres puntos delicados, tres ciudades-estado que temían que el paso de las tropas españolas provocara su pérdida de independencia: Ginebra, Besançon y Metz. No solo estas tres ciudades se sintieron recelosas del paso de tropas españolas. Con las noticias de la marcha de Alba, el embajador español en
Francia intentó convencer a Carlos IX de que esta ruta no supondría otra guerra contra Francia. Por precaución, Carlos IX llevó a cabo una serie de preparativos militares alrededor de toda la ruta, aumentando las guarniciones en puestos fronterizos como el marquesado de Saluzzo, Lyon, el cantón de Berna y Estrasburgo.
Recorriendo el Camino Español
El Camino Español estaba constituido por una serie de puntos obligatorios. En función a este itinerario a seguir por el gobierno se hacían mapas detallados y se contaba con guías y exploradores (generalmente lugareños) que eran buenos conocedores del terreno. Los soldados utilizaron dos tipos de etapas dentro del Camino Español. El primero solo se dio en la región de Saboya, era permanente y proporcionaba tanto hospedaje como víveres, estas etapas se situaban en grandes ciudades. En cambio las etapas del Franco-Condado, Lorena y Países Bajos eran bastante diferentes. Estas se creaban solo cuando se sabía que iba a pasar un contingente militar y la iniciativa era del gobierno central de la provincia. A cada expedición le precedía un comisario enviado desde Milán o Bruselas para indicar a los gobiernos de los territorios el itinerario escogido, los lugares donde se iban a detener, la cantidad de víveres y el precio.
Itinerario del Camino Español
El sistema de etapas y su planificación previa ayudó a preparar a la población para la llegada de las tropas y suavizar la carga que suponía para las poblaciones, pero ni la más perfecta preparación podía esquivar los problemas de última hora. Las etapas evitaban episodios graves de violencia y privaciones asociadas al paso de tropas.
Se calcula que entre 1567 y 1634 se acometieron un total de veintiséis caminos españoles diferentes que unían Milán y Bruselas. En esta gran cantidad de caminos las poblaciones por las que pasaron son muchas y casi imposible nombrarlas todas. Para conocer un poco los puntos importantes se van a escoger las rutas que se consideran más importantes. Estas seis rutas serían: del Duque de Alba (1567), del Archiduque Alberto (1595), del Puente Gressin (1601), de Virúes (1620), de Colmar (1623) y de Nordlingen (1634).
Madrid
El camino partiendo desde España empieza en Madrid, allí se planeaba la ruta a seguir. Desde aquí, el segundo punto de parada podía ser uno de los dos puertos más importantes del Mediterráneo en ese momento: Barcelona y Cartagena. Desde estos dos puntos salían los barcos que llegaban a Génova y desde allí no descansaban hasta llegar al primer punto importante del camino: Milán.
Milán
Se considera que Milán es el ancla del poder de la monarquía española en Europa. Era el centro de la estrategia política y fue una enorme fortaleza dominada por el Palacio Sforza. El siguiente punto importante fue Turín, centro de poder de Saboya. El siguiente paso será la ciudad de Aosta, es una encrucijada en el camino desde donde salen dos itinerarios, uno por el Gran San Bernardo que va por Suiza hasta el Franco-Condado y otro que llega al mismo lugar pero por el Pequeño San Bernardo que va rozando Francia.
Suiza
El paso por Suiza se dio por los tratados firmados en 1587 entre los cantones católicos y España, por una parte estos recibían la protección contra los cantones protestantes y España se aseguraba el paso hacia el norte y la contratación de mercenarios suizos. El paso principal que unía esta ruta era San Gotardo, esta ruta no tenía ninguna alternativa, ya que tanto al este como al oeste se encontraban los cantones protestantes, esta ruta era conocida como el Paso de los Suizos. Los cantones aliados de España eran Lucerna, Uri, Schwyz, Unterwalden y Zug, más tarde se unió a ellos Friburgo.
Franco-Condado
Después se adentra en el centro del Franco-Condado. Dentro del camino, este territorio era el más fuerte después de Milán. Se le considera la bisagra de Europa. La capital, Besançon, se convirtió en una ciudad libre imperial. Aunque el condado era fiel a España y fue clave para el paso de tropas, la ciudad de Besançon era libre y por ello era uno de los problemas a evitar por las tropas.
Alsacia
El siguiente tramo de nuestro camino nos lleva a otro territorio: Alsacia. Dentro de este territorio tenía vital importancia el puente de Breisach, el único puente que atravesaba el Rin y comunicaba con la ruta del camino.
Lorena
El territorio de Lorena fue más propicio al camino desde sus inicios. Rodeando Besançon se habrían dos caminos que confluían en Luxemburgo y atravesaban Lorena, los puntos de parada nunca eran los mismos ya que dependían de cada momento. Dentro de este territorio encontramos otro de los puntos débiles del camino: Metz.
Thionville
Nuestra siguiente parada nos lleva a la ciudad fronteriza de Thionville, considerada la primera ciudad flamenca en la que se encontraban los tercios. Estuvo a caballo entre Francia y España hasta que después de la Paz de los Pirineos se perdería definitivamente para España.
Luxemburgo
Los tercios se sentían como en casa al alcanzar Luxemburgo. Esta ciudad está ligada a España y al Camino, era la puerta de entrada y salida de los Países Bajos. La máxima autoridad era el gobernador que dependería del de Flandes. Ya en “casa” la siguiente ciudad era Namur, la capital de Valonia. Solo queda el último punto del camino; no todos los soldados llegaban allí ya que desde Namur podían recibir otras órdenes pero vale la pena mentar el centro de poder de Flandes: Bruselas. Con la llegada definitiva de las tropas se consideraba que se había puesto “Pica en Flandes”. En este enlace se puede ver el recorrido: https://www.youtube.com/watch?v=cqyljjbYT3E
La evolución del camino español hasta su desaparición
El camino recorrió muchas ciudades y rutas. Las diferentes alternativas de éste fueron un juego de políticas y luchas por mantener estas rutas por parte de las tropas imperiales y de cortar el paso por parte de Francia y de los estados protestantes.
A partir de 1593 Francia quedo debilitada por la guerra interna y dio paso a la Francia que declara la guerra a España. En un primer paso Enrique IV decidió atacar la Borgoña francesa donde estaba su principal opositor y llegó a dañar el Franco-Condado. En 1597 los franceses volvieron a atacar el Camino Español invadiendo el condado de Saboya y los valles de Maurienne y Tarantaise. De esta manera el Camino Español se limitó a un desfiladero y un
puente, el de Grésin, el cual fue destruido al año siguiente por Francia. Desde el Tratado de Lyon el Camino Español quedó a merced de los designios de Francia y ésta no desaprovechó tal ventaja. Una vez que Francia controló el oeste del camino fue necesario buscar alternativas con las que unir Lombardía con los Países Bajos.
Otro golpe al camino se dio en 1621 cuando se perdió Alsacia, de modo que no quedó un corredor seguro después de los Alpes. Años más tarde en 1634 el cardenal-infante don Fernando preparó otro contingente con destino a Flandes. Sin embargo, el único paso posible era a través de Alemania y para ello era necesario abrirse camino a la fuerza por los estados protestantes uniéndose al ejército imperial. Este ejército conjunto consiguió derrotar a los suecos en Nördlingen; con esto consiguió llegar hasta Flandes pero no consiguió abrir un corredor seguro.
Conjuntamente se fue cortando la ruta militar española y abriendo rutas militares francesas. La zona de los Grisones se convirtió en una encrucijada de poder cuando el camino que unía Lombardía con el imperio se cruzaba con la ruta militar que unía a Francia con Venecia, su único aliado en Italia. En Alsacia ocurrió algo parecido ya que era el paso seguro entre Francia y el sur de Alemania. En especial el puente de Breisach, el único sobre el Rin que unía Estrasburgo con Basilea y después con la Selva Negra. Esta ruta unía a los franceses con Italia y a los españoles les servía llegar a los Países Bajos.
El golpe definitivo se dio con la toma de Nancy. En 1630 se volvió a abrir la ruta del Canal de la Mancha, desde 1631 hasta 1639 se transportan unos 27.000 soldados españoles. Esto quedó totalmente cortado después de la batalla de Las Dunas de 1639. Desde este momento se puede decir que las rutas militares se cortaron de manera definitiva y desde 1640 hasta el final de las guerras en 1648 España dependía cada vez más de las tropas reclutadas sobre el terreno.
El camino en la actualidad. Turismo y deporte.
Un oficial de infantería del ejército español destinado en Bruselas descubrió una pequeña ermita que conmemoraba el milagro que dio origen al patronazgo de la Virgen Inmaculada en una pequeña localidad holandesa llamada Empel. Esta historia se puso en conocimiento de la Academia de la Infantería y el por entonces General Director e Inspector del Arma impulsó la llamada I Peregrinación a Empel Camino Español, en el año 2007. Una vez concentrados todos los miembros de esta expedición emprendieron la marcha hacia la ciudad de inicio del Camino Español: Milán.
La II y III Peregrinación en los años 2008 y 2009 cambiaron de etapas centrándose en visitas a ciudades más grandes y emblemáticas, algo alejadas del espíritu original del Camino Español pero siempre acabando en Empel. La IV tuvo un regreso a la tradición del camino, hicieron el mismo itinerario que realizó el Duque de Alba en 1567. La V y VI Peregrinación fueron más especiales ya que tuvieron lugar tras la formación de la Asociación de Amigos del Camino Español y porque también siguieron rutas originales.
Una posibilidad de recorrer el camino, y la que seguramente tenga más adeptos, es una mezcla de deporte con el turismo (existen varias rutas en bicicleta para recorrer el camino). Se calcula que actualmente por las construcciones modernas, la distancia que separa Milán de Bruselas es de unos 1.350 kilómetros, que se puede hacer perfectamente en 15 etapas donde se acumulan las 52 etapas originales que se hacían andando.
Como punto final parece que las rutas que más siguen las personas que ya han realizado este tipo de turismo son dos: la ruta inicial del Duque de Alba en 1567 y la ruta final llamada de Nordlingen de 1634, la última que estuvo abierta.
Bibliografía
- Martínez Laínez, (2007): Una Pica en Flandes: La epopeya del Camino Español. Madrid. EDAF.
- Parker, G. (1972): El ejército de Flandes y el Camino Español 1567-1659. Madrid. Alianza Editorial.
- Reyes Blanc, L. (2006): El Camino Español. Sevilla. RD Ediciones.
- Ribot García, L. (2013). Historia Militar de España. Edad Moderna. Tomo II. Escenario Europeo. Madrid, Ministerio de Defensa.
- Sánchez, J. (2014): El Camino Español. Un viaje por la ruta de los Tercios de Flandes. Madrid. Manakel.
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