Un breve recorrido del fútbol en la Alemania nazi

El fútbol hoy en día copa el deporte en Europa, pero no es un hecho reciente. A principios del siglo XX se convierte en el gran deporte de masas. Por ello los movimientos políticos totalitarios que se dieron en los años 30 no se alejaron de él, al contrario, lo utilizaron en su favor. En la Italia fascista, el fútbol era considerado como una propaganda perfecta del régimen a la vez que un elemento lúdico para mantener alta la moral de la población en un periodo convulso donde era mejor tenerles distraídos.

Pero el fútbol no era solamente un medio propagandístico de los regímenes totalitarios, también era un medio para combatir o protestar contra dichos regímenes (como por ejemplo la dictadura nazi en Alemania). En las siguientes líneas repasaremos los ámbitos donde el fútbol sirvió a la vez para los intereses del régimen nazi y para protestar contra él.

Matthias Sindelar y la selección alemana

La selección de fútbol alemana sirvió de elemento publicitario de primer orden casi al mismo nivel que los Juegos Olímpicos. La selección de la nueva Alemania hizo varias giras para presentarse al mundo, pero Hitler, imitando la política italiana, quería ir más allá y en 1936, Alemania se postuló como candidata a albergar la Copa del Mundo de 1942. Para lograr esto se envió un delegado a buscar apoyos.

Algunos miembros de la FIFA, viendo el éxito de los juegos, estaban encantados con la idea, otros muchos tenían sus dudas. En 1939, se les pidió que tomaran ya la decisión, pero la retrasaron hasta la asamblea de 1940 en busca de otro candidato que apareció a mediados del 39, Argentina. El problema era que tampoco lo consideraron un país seguro. Cuando estalla la guerra, pensando que se resolvería rápidamente, la FIFA declaró que el fútbol debía continuar. Sin embargo, al darse cuenta del desarrollo de la misma, la asamblea del 40 y el mundial de 42 se suspendieron.

La selección alemana anterior a la guerra tenía un alto nivel de juego y solía sorprender a los rivales más importantes (Inglaterra o Italia). Se superó a sí misma cuando otra de las grandes selecciones del momento se unió al equipo del Reich, Austria, por el Anschluss (anexión de Austria al Tercer Reich). Muchos de los mejores jugadores fueron partidarios de esta unión, pero la estrella, Matthias Sindelar, no. Contrario a las ideas nazis nunca quiso jugar con la selección de Reich.

Matthias Sindelar
Matthias Sindelar

En el último partido de exhibición entre las dos selecciones, antes de unificarse, se advirtió a los austriacos que debían perder o al menos empatar ya que el nivel austriaco era superior al alemán, en cambio Sindelar marcó un gol y dio la asistencia del otro dando la victoria a su país. Cuando marcó fue a la grada donde estaban los oficiales nazis y bailó en tono burlón delante de ellos. Apenas un año después apareció muerto en su apartamento junto a su novia envenenado con dióxido de carbono, aunque oficialmente fue un accidente. La Gestapo le tenía fichado por socialista y simpatizante de los judíos.

La selección nazi tenía dos tradiciones: la primera era que en todos los partidos internacionales debía levantar el brazo e instaba al rival a que lo hiciera, sobre todo si se jugaba en Alemania, y la segunda era que siempre que se invadía un territorio, ya con la guerra en marcha, el combinado jugaba un partido amistoso allí, apenas pasada una semana, para dar una imagen de normalidad a la población.

Cabe decir que, aunque la selección destacaba por su juego, su papel en los grandes campeonatos fue bastante mediocre: en el mundial del 34 fue eliminada en semifinales por Checoslovaquia, en los Juegos del 36 por Noruega en cuartos y en el mundial del 38 por Suiza en octavos con la incorporación de los jugadores austriacos.

Clubs y ligas nacionales bajo el nazismo: el caso del Bayern de Múnich

Antes de 1933, Alemania contaba con una serie de ligas regionales en las que los dos mejores de cada región se clasificaban para el torneo nacional. Con la llegada del nazismo al poder se planificó hacer una liga nacional al estilo italiano, pero von Tschammen und Osten, Reichssportführer (responsable de deportes en el gobierno Nazi), tenía otros planes.

Estas ligas fueron reformadas, de modo que de 1934 a 1938 la competición de liga integró a los 16 campeones regionales en cuatro grupos de cuatro equipos cada uno que se enfrentaban a partidos de ida y vuelta. Los ganadores de cada grupo pasaban de ronda, enfrentándose entonces a eliminación directa. Desde 1938 se amplió la cantidad de equipos participantes y los enfrentamientos finales eran a partido único. Durante la guerra, a cada territorio invadido se le añadía una liga regional. En 1933 se jugó la primera y única Copa de Adolf Hitler.

Los nazis prohibieron participar en estos campeonatos a clubs de obreros o judíos, aunque a estos últimos se les permitió tener una liga propia hasta 1938. Con estas medidas clubs con años de tradición cayeron en desgracia, como el Bayer de Múnich (último campeón antes del nazismo), Eintrach, Kaiserlaunten o Austria de Viena, hasta que no apartaron a los judíos de su organigrama. A su vez aparecieron nuevos clubs con ideología nazi, como el Luftwaffen de Hamburgo y Danzig o el SS de Estrasburgo.

Bayern de Múnich

El caso del Bayern de Múnich está bien estudiado y es relevante. Al Bayern se le consideraba el equipo de los judíos, en parte por las figuras de dos de sus fundadores, Joseph Pollack y Benno Elkan, pero en especial por la de su mítico presidente Kurt Landauer. Todas las relaciones entre los judíos y el Bayern se recogen en el libro “El FC Bayern y sus judíos. Ascenso y destrucción de una cultural liberal del fútbol” de Dietrich Schulze-Marmeling.

Kurt Landauer vistió la camiseta del Bayern en 1901 y fue presidente cuatro veces. Dejó el fútbol de forma temprana para formarse como banquero. En 1913 regresó a Múnich y fue elegido presidente del club. La sangre judía de Landauer, al igual que la del entrenador, Richard Dombi, hizo que el Bayern fuera declarado Judenclub y el Múnich 1860 se convirtió en el club de los nazis de la ciudad cuna de dicha ideología. En 1933, Landauer fue obligado a renunciar a su cargo como presidente y el día después a la Noche de los Cristales Rotos fue enviado al campo de concentración de Dachau donde estuvo encerrado hasta el 12 de diciembre. Posteriormente emigró a Suiza dejando tres hermanos muertos por los nazis y una hermana desparecida.

Bayern vs FC Servette

En 1943 el Bayern jugó un amistoso en Zúrich contra el FC Servette. La expedición fue acompañada por miembros de la Gestapo que advirtieron que quedaba prohibido contactar con emigrantes alemanes y judíos. El entrenador estaba leyendo una carta de camino a su habitación cuando uno de los agentes de la Gestapo le pidió que le diese el papel, era de Landauer. Poco antes de empezar el partido, el técnico y los jugadores se dirigieron a la zona donde estaba el expresidente para saludarlo ante la frustración de la Gestapo. En 1947 Landauer regresó a Múnich, había escrito una carta a los aliados ofreciendo el apoyo del Bayern en los esfuerzos de normalización.

Con el inicio de la guerra, la federación alemana de fútbol incorporó las de los territorios conquistados a su organigrama. A la de Austria, se sumó en 1940 Luxemburgo y clubs franceses de Alsacia y Lorena, como el Metz. En Europa Central se adoptó un modelo de segregación en el que los equipos de Bohemia, Moravia y Polonia que pudieron participar en el campeonato solo podían tener futbolistas de origen étnico alemán. El equipo más destacado de estos años fue el Schalke 04, que ganó tres campeonatos, tras él estaba el Dresdner SC con dos y el Rapid de Viena con uno.

1943-1944: la última temporada

La última temporada disputada fue la de 1943-1944. Durante estos años, los equipos profesionales jugaban en su mayoría con jóvenes o con mayores de cincuenta años porque muchos futbolistas habían muerto en el frente. Algunos estadios habían sido destruidos por bombardeos y era difícil viajar de una plaza a otra. El último partido oficial jugado en el III Reich fue el 23 de abril de 1945, el FC Bayern venció 3-2 al TSV 1860.

futbol nazi
Schalke 04

Muchos jugadores del Schalke 04 se las ingeniaron para ser declarados unabkoemmlich, es decir, su trabajo era considerado indispensable y les eximía del servicio en el frente alegando que trabajaban en minas de carbón. Aparentemente el Schalke 04 tenía buenas conexiones políticas y militares, pero no fue suficiente para que muchos de sus mejores jugadores murieran o fueran heridos en el frente.

El Rote Jäger (Cazadores de Rojos) fue un equipo de exhibición de Hamburgo, existió de 1943 a 1944. Su ideólogo fue Hermann Graf, quien tuvo la idea de incorporar a su brigada de combate a los mejores futbolistas alemanes como consejeros técnicos para salvarlos de servir en el ejército. El Rote Jäger (cuyo portero era el propio Graf) fue dirigido por Sepp Herberger y tenían entre sus filas al joven Fritz Walter. El equipo fue importante para mantener la moral entre los soldados que eran su público principal. Esto fue percibido por el régimen, que hizo esfuerzos por mantener el fútbol como espacio de distracción ante la derrota inminente.

Entre la realidad y el mito: el partido de la muerte

El partido de la muerte es el acontecimiento más conocido del fútbol en la Segunda Guerra Mundial, pero a la vez es el más falseado. Existen muchas teorías y varias versiones de la historia, pero no se sabe aún cual pudo ser la verdadera.

Durante la guerra, Kiev había sido ocupada por los nazis y una de las primeras cosas que se prohibieron fue el fútbol, ya que el equipo más importante de la ciudad, el Dinamo de Kiev, había sido fundado por policías comunistas. En ese momento un panadero de origen alemán, Kordyk, seguidor del equipo, se encontró a una de las estrellas del equipo, Mykola Trusevych, mendigando. Unas versiones dicen que le dio trabajo y otras que solo le ocultó. El caso es que por dinero o devoción decidió formar un equipo con las estrellas del Dinamo que mendigaban por la ciudad completándolo con el otro equipo de la ciudad, el Lokomotiv. El equipo se denominó FC Star.

partido de la muerte
FC Start

El Start jugó su primer partido ante el Rukh, un equipo local, al que goleó 7-2. Después pasó a medirse con equipos formados por soldados húngaros o rumanos. Estas victorias le estaban dando demasiada fama y los alemanes se entrometieron. Aquí es donde nos encontramos con algunas contradicciones. Algunas versiones dicen que directamente se enfrentaron al equipo de élite alemán, el Flakelf, otras que primero vencieron a otros dos equipos alemanes y estos hartos de perder lo hicieron llamar. El caso es que el Star derrotó al mejor equipo de la armada alemana. En ese momento pensaron en matarlos a todos, pero eso les convertiría en mártires y no sería bueno para los alemanes, así que fijaron la revancha para el 9 de agosto.

Días antes los ucranianos ya estaban siendo avisados de las consecuencias de una nueva derrota alemana. El partido se jugó en el Zenit Stadium, hoy Star Stadium, ante muchos mandos y soldados alemanes y unos pocos niños y ancianos ucranianos. El árbitro del partido fue un comandante de las SS. Antes del inicio, los ucranianos ya desafiaron a los alemanes al negarse a hacer el saludo nazi. En la primera parte los alemanes intimidaron al Star a base de golpes obviados por el árbitro, aun así se fueron al descanso con 2-1 a favor del Star.

Durante el descanso el comandante de ocupación, Eberhardt, con la pistola en la mano les advirtió que si ganaban iban a morir. En la segunda parte los ucranianos, obviando las amenazas, ganaron el partido 5-3; incluso un defensa ucraniano, Klimenko, regateó a todos los alemanes incluyendo al portero y con la portería vacía en vez de marcar devolvió el balón al centro del campo.

El mito dice que tras el partido fueron ejecutados en caliente luciendo todavía la camiseta de su equipo. No parece que en realidad fuera así. Una semana después del partido de la muerte, los jugadores del Star fueron arrestados y acusados de pertenecer a la NKVD, antecedente de la KGB. Algunos fueron torturados y otros enviados a campos de concentración; las versiones aquí también cambian, algunas dicen que murieron cuatro o cinco jugadores, otras que solo sobrevivieron tres (los encargados de difundir la historia sobre dicho partido). Como sea, la muerte en caliente con la camiseta puesta tras acabar el partido fue un mito, la versión real aboga por una venganza en frío.

la verdad del partido de la muerte
Cartel del partido Start vs. Flakelf

Hay más versiones sobre lo que sucedió en el partido de la muerte. Conocemos aquella que dice que en realidad el equipo lo formaban prisioneros ucranianos que habían sido futbolistas y que ganaron un torneo contra soldados alemanes, rumanos y húngaros. Algunos defienden que nunca fueron amenazados para perder, que se les detuvo por motivos políticos.

La historia sirvió a partir de 1960 como propaganda de la URSS, que les convirtió en héroes del régimen y rodaron dos películas sobre ellos. Más tarde se rodó una húngara, pero la que se recuerda por antonomasia es “Evasión o victoria” de Hollywood. Esta versión dirigida por John Huston en 1981, se alejaba de la realidad con figuras internacionales como Pelé y un equipo internacional donde el héroe es un americano (Silvester Stallone), sin embargo, fue la que resucitó el mito. La historia tiene hoy en día sus claros y oscuros. En 2005, un tribunal declaró que no había pruebas para relacionar la muerte de los futbolistas con sus victorias frente a los alemanes.

Actualmente, los poseedores de entradas para el partido del 9 de agosto de 1942 siguen teniendo libre acceso a los partidos del Dinamo de Kiev y a las puertas del Start Stadium hay un grupo escultórico que recuerda a los futbolistas. Los jugadores que disputaron el partido de la muerte son considerados héroes y su historia se enseña en los colegios.

El fútbol actual es mucho más popular que en aquel momento, pero los regímenes totalitarios supieron cómo utilizarlo para sus beneficios al mismo tiempo que sirvió como medio para luchar contra ellos. El poder del fútbol como movilizador de masas es lo que lleva a su utilización política desde hace más de ochenta años.

Bibliografía

Ricardo Romaniega García

Graduado en Historia y Patrimonio por la Universidad de Burgos y el Máster en Estudios Avanzados e Investigación en Historia por la Universidad de Salamanca.

Añadir comentario

Haga click para publicar un comentario