Gutiérrez Mellado y la transición en el Ejército

Gutiérrez Mellado

Uno de los aspectos más interesantes de la Transición es la reforma militar. No olvidemos que el sector más cercano e identificado con Franco fue el Ejército. Nadie en España era más franquista que ellos, porque la de España fue una dictadura militar. Ni el Movimiento Nacional, ni los monárquicos, ni las empresas, ni la Iglesia… quien partía el bacalao era el Ejército Español franquista. Y ahí la Transición no fue nada fácil. Preparaos, porque hoy en Conquista la Historia toca hablar de la Transición y de su aspecto militar.

El Ejército Franquista

Como hemos dicho, el papel de las Fuerzas Armadas Españolas durante la dictadura franquista fue muy importante. La dictadura en España viene tras un Golpe de Estado que deriva en guerra. Y en ese ambiente los militares tendrán un gran protagonismo. Al finalizar la Guerra, el dictador español fue un general militar (Francisco Franco) y el Ejército se dotaría de una burocracia que le daría una dimensión poco propia de los tiempos de paz.

El régimen de Franco fue una dictadura militar en la que el Ejército se encargaba del orden público y controlaba las Fuerzas de Seguridad. Estaban en todas partes. Controlaron periódicos durante la guerra y llevaron a cabo la represión aplicando la jurisdicción militar. Colocaron militares en el gobierno, en las gobernaciones civiles . El control y la presencia política que tenían en España era bastante importante.

Pero al mismo tiempo que el Ejército tenía un indiscutible poder en España, de cara al exterior eran unas Fuerzas Armadas pobres, poco modernizadas y con un problema considerable tanto de sobredimensión en su escala (de esta cuestión nos habla Paul Preston) de oficiales como de corrupción. Cuando Franco murió, la sociedad española aceleró sus cambios. Y esos cambios llegaron al Ejército, primero porque había una necesidad objetiva de modernizarse para adaptarse al escenario geopolítico y segundo, porque el Ejército formaba parte de esa sociedad que estaba cambiando. El hombre llamado a llevar a cabo esas reformas fue Manuel Gutiérrez Mellado.

El hombre de la reforma militar

Manuel Gutiérrez Mellado fue un militar procedente de una familia de la burguesía. Durante la Guerra Civil tuvo un papel importante como agente de los servicios secretos franquistas dentro del Madrid Rojo. Después de eso, durante la dictadura, Gutiérrez Mellado tuvo una exitosa carrera militar. En el momento de morir Franco, era comandante general y delegado de gobierno en Ceuta. Su experiencia y su buen inglés le permitieron ser miembro observador en algunas misiones de la OTAN. Ahí Gutiérrez Mellado pudo ver el atraso que sufría el Ejército Español, pidiendo ya en 1974 reformas de calado en su estructura y organización.

Suárez y Mellado
Adolfo Suárez y Gutiérrez Mellado en el Congreso de los Diputados

Los planteamientos reformistas de Gutiérrez Mellado llamaron la atención de la Casa Real, ya convencida de encabezar un proceso de liberalización del régimen franquista. Fue ascendido a teniente general y capitán general de la VII Región Militar, con cabecera sobre Valladolid. Era un hombre de confianza, un militar que sorprendió a la opinión pública al aceptar el servicio del Ejército al gobierno de la nación y al Rey. Suárez, por recomendación del Rey Juan Carlos I, nombró a Gutiérrez Mellado Jefe del Estado Mayor Central del Ejército de Tierra. Cuando el teniente Fernando de Santiago dimitió de su cargo como vicepresidente para Asuntos de la Defensa por sus desacuerdos con Adolfo Suárez, debido a la legalización de las organizaciones sindicales, Gutiérrez Mellado fue nombrado su sustituto. Ahí pudo comenzar su reforma del Ejército.

Antecedentes de la Transición en el Ejército

Es cierto que el Ejército fue el protagonista de la represión y la dictadura franquista. Pero también es verdad que tenemos precedentes del Ejército democrático que hoy conocemos. Ellos son la base y la inspiración de la Transición en el Ejército. En primer lugar, hay que señalar que, en España, cuando se produce el Golpe de Estado del 18 de julio, el Ejército se divide. Hay una parte de los militares que respaldaba a la II República y defendía el orden constituido frente a los sublevados. No lo hicieron porque fuesen comunistas, ni si quiera de izquierdas, lo hicieron por salvar su honor y dar cumplimiento a la promesa de defender la Constitución. Sin esa división del Ejército, la II República no hubiese podido resistir. Cierto es que, pasada la Guerra Civil, Franco purga el Ejército y lo diseña a su imagen y semejanza.

Dentro del Ejército hay movimientos democráticos. Podemos poner algunos ejemplos. Uno es el de Forja, una organización para la formación de los militares que creó el general Luis Pinilla junto con el jesuita José María de Llanos. Aunque fue prohibida en 1959, Forja inspiró a los militares que fundaron la UMD.

La Unión Militar Democrática fue una asociación de tres comandantes y nueve capitanes que, tras la Revolución de los Claveles, consideraron que el Ejército debía jugar un papel en el fin de la dictadura en España. Contactaron con representantes del partido socialista y de la democracia cristiana y aprobaron su ideario. En 1975 fueron detenidos y juzgados en un Consejo de Guerra. Fueron amnistiados en 1977, pero jamás pudieron regresar a sus carreras militares.

Revolución de los Claveles
Manifestación del 25 de abril de 1983 en Oporto (Portugal)

También hay que destacar la figura del general Manuel Díez-Alegría, Jefe del Alto Estado Mayor. Era hermano de José María Díez-Alegría, quién junto al padre Llanos, representaba a los sacerdotes obreros de España. Este general representó en gran parte al franquismo reformista e intentó sacar adelante, sin éxito, una Ley Orgánica de la Defensa Nacional. En 1974 fue destituido al ser acusado de haberse entrevistado con Santiago Carrillo en Rumanía. Existía un cierto miedo a que Díez-Alegría fuese una opción de gobierno para los reformistas.

La reforma del Ejército

La Transición a la democracia se da en un ambiente muy convulso. Por un lado, teníamos el terrorismo, especialmente el de ETA, mientras que por otro lado teníamos la tensión internacional ligada a la Guerra Fría. Fruto de esa tensión surge la constante impresión de que en cualquier momento el Ejército podía dar un golpe de mando que cambiase el curso de los acontecimientos y pusiera fin al proceso democrático. Será misión de Manuel Gutiérrez Mellado convertir al Ejército en el garante de la paz interna en España, alejándolo de las campañas contra la Transición y los llamamientos al Golpe Militar.

La transformación es notoria, sobre todo si tenemos en cuenta la situación anterior. El Ejército pasaría de ser la justificación de la existencia de las dos Españas, a ser un Ejército de todos los españoles subordinado a sus instituciones democráticas. En este proceso fue fundamental la creación del Ministerio de Defensa que traía consigo una serie de reformas que Gutiérrez Mellado detalla muy bien en esta conferencia que dio en su momento en El Escorial, dentro de un curso de la Universidad Complutense. Bajo la gestión de Gutiérrez Mellado, las Fuerzas Armadas se modernizaron y se las dotó de una estructura que mejoró su funcionamiento.

Con ello, España entraba en un nuevo periodo democrático que incluía al Ejército. Sin esa aceptación del Ejército y sin el compromiso de los militares, seguramente, hubiese sido imposible tener un tránsito a la democracia como el que tuvimos (algo que algunos autores ensalzan). Pero la reforma en el Ejército no fue fácil y en sus filas encontramos no pocas resistencias al proceso democrático. Una parte importante del Ejército, especialmente de su alto mando, estaba encuadrado dentro del sector inmovilista del régimen franquista. Su gran apuesta era Carrero Blanco, pero el atentado de la ETA contra su vida en 1973 liquidó esa opción.

Legalización PCE
Noticia de la legalización del PCE en el Mundo Obrero

Estos sectores del Ejército generaron momentos de tensión con el gobierno de Adolfo Suárez. El momento más destacado fue la dimisión del Almirante Pita como ministro tras la legalización del PCE.

Sin embargo, pese a los ruidos de sables y las resistencias dentro del Ejército, la democracia se abrió paso. Y en esa democracia, hay un Ejército homologable a cualquier otro Ejército de un país occidental. Un Ejército que posiblemente deja atrás el franquismo por completo tras la integración de España en la OTAN.  Todavía hoy hay gente que denuncia que el franquismo es una ideología fuerte en las filas del Ejército, pero la realidad es que (aun teniendo en cuenta eso) la fotografía que resumen bien los avances democráticos en España en estas últimas cincuenta décadas es la de Carmen Chacón embrazada pasando revista al Ejército.

Pedro Sánchez Prieto

Pedro Antonio Sánchez Prieto. Graduado en Historia y Máster en Investigación y Estudios Avanzados en Historia por la USAL.

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