Cine e Historia: Hasta siempre, hijo mío

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Una de las mejores películas chinas de los últimos tiempos es Hasta siempre, hijo mío (2019). Me ha parecido una gran cinta que, además, nos da muchas claves sobre los cambios que se han producido en la historia del cine chino y también sobre algunas percepciones que se tienen de determinadas experiencias históricas que ha vivido recientemente el país. Preparaos, porque hoy en Conquista la Historia volvemos a hablar de cine e historia: China, la política del hijo único y las consecuencias más dolorosas de la reforma económica.

La película

Esta cinta nos cuenta la historia de dos matrimonios cuyos hijos tienen una relación de amistad muy cercana. Las familias bromean con que, si hubiesen sido de género opuesto, hubiesen formado una preciosa pareja. E incluso se llega a decir que es como si fuesen hermanos. Sin embargo, accidentalmente, uno de ellos muere ahogado en el río. Tras este trágico accidente, las dos familias intentan sobreponerse y seguir con sus vidas. Lo hacen durante la década de los 70 en adelante, un momento en el que China vive enormes transformaciones.

La película trata cómo estas cuestiones afectan a los personajes, especialmente la política del hijo único. Pero también nos habla de la liberación económica y sus consecuencias laborales. Es un film precioso que nos muestra desde diferentes perspectivas las transformaciones tremendas que ha vivido China en todos los aspectos durante los últimos cuarenta años.

Como ya hemos hecho en otros posts sobre cine e historia, no queremos hablar de los aspectos artísticos del film, ni tampoco hacer una reseña, sino que vamos a tratar algunas cuestiones históricas que vimos en él. Lo haremos empezando por decir lo que supone esta película dentro del cine chino.

La Sexta Generación de cineastas chinos

El cine chino tiene una gran tradición que comienza a finales del siglo XIX y principios del XX. Tiene importantes estudios cinematográficos como, por ejemplo, el Oriental Movie Metropolis (el Hollywood del Este) o Hengdian World Studios (el estudio de cine más grande del mundo). Además, es un centro de negocios importante para Hollywood. Se trata del segundo mercado cinematográfico por ingresos en taquilla y una de las principales industrias cinematográficas por número de largometrajes producidos.

Tuvo sus años de gloria. Por ejemplo, en la década de los 30, el cine chino vive una década dorada. Durante la Quinta Generación del cine chino (años 80) su producción gana enorme popularidad en el extranjero. También ha tenido sus momentos difíciles como, por ejemplo, el periodo de la ocupación japonesa o los años de la Revolución Cultural. En los últimos años creo que vive un buen momento y la llamada Sexta Generación de cineastas chinos está haciendo una serie de trabajos que están siendo muy bien recibidos en el ámbito internacional.

Durante los años 80 lo que nos llegaba de China era el cine de la llamada Quinta Generación, protagonizada por una serie de directores (el más conocido es Zhang Yimou) que se habían graduado en la Academia de Cine de Pekín tras la Revolución Cultural. Estas películas trataban una temática variada: desde las cicatrices de la represión durante la Revolución Cultural hasta el esoterismo, pasando por historias épicas y la comedia negra. Lo que caracteriza a esta generación no es tanto la temática como la ruptura con el realismo y el cine militante socialista. Es un cine simbólico, protagonizado por personajes de enorme profundidad psicológica, que exalta la tradición nacional y cultural del país.  La Quinta Generación entró en decadencia tras las protestas de Tiananmen en 1989. Algunas de sus figuras más destacadas se exiliaron, como Wu Tianming o Huang Jianxin. Otros permanecen en China y siguen trabajando en su industria cinematográfica, como el antes citado Zhang Yimou.

La Sexta Generación comienza en los 90. Supone un cambio radical, no es un cine exuberante de grandes planos y preciosa fotografía. Es un movimiento cinematográfico bastante alternativo, que recuerda tanto en sus temáticas como en su estilo al neorrealismo italiano. No hay evocación al pasado glorioso de China ni tampoco grandes historias épicas, sino que nos pone ante historias individuales que se desarrollan en marcos geográficos y temporales reales. Historias absolutamente creíbles que el espectador chino puede haber vivido. Es un cine que nos habla de la marginación, de lo alternativo, de lo que normalmente no vemos de China. Nos muestra, por lo general, una visión muy social y pesimista de lo que supuso para la vida de la gente el proceso de reforma económica en China.

La liberalización económica de China

Los años posteriores a la instauración de la República Popular China no fueron nada sencillos. Fue un periodo de enormes transformaciones sociales, económicas y políticas. Fueron años conflictivos, con tensiones dentro del Partido Comunista por el desarrollo del Gran Salto Adelante y con un conflicto social severo que se expresó en la Revolución Cultural. Cuando Mao fallece en 1976, la economía del país se encuentra estancada y sus países vecinos capitalistas le llevan ventaja.

Cuando Deng Xiaoping llega al poder se pone dos objetivos: estabilizar el país e impulsarlo económicamente. Lo primero lo hizo durante el Boulan Fanzheng, desmantelando la Revolución Cultural promocionada por Mao y rehabilitando a sus represaliados, reconciliando internamente al Partido Comunista de China y consolidándolo inconfundiblemente en el poder político del país.

DengXiaoping
Deng Xiaoping en 1979

Lo segundo lo consiguió con la reforma económica que hizo que china transitase de la economía centralizada maoísta a un socialismo de mercado con características nacionales. Dicho proyecto de transformación económica supuso una liberalización de la propiedad estatal y una descentralización de su economía. La primera fase de la reforma, desarrollada durante los años 70, consistió en revertir la colectivización de la agricultura y abrir el país a la actividad empresarial extranjera mediante las Zonas Económicas Especiales. Durante los años 80, el país procedió a la privatización y subcontratación de gran parte de sus empresas públicas. El sector privado creció de manera notable, pero la economía china es de doble vía. El Estado controla los sectores estratégicos clave de la economía y la actividad empresarial tiene un control limitado y subordinado a la planificación estatal.

Desde un punto de vista económico esta reforma fue un completo éxito. Desde 1978 hasta ahora, la República Popular China ha conocido un crecimiento económico espectacular. Se ha integrado en la globalización y en cierta manera se podría decir que incluso aspira a liderarla. Y en el plano social e interno, ha supuesto un ejemplo en el combate contra la pobreza extrema.

El debate académico sobre las claves del éxito de la economía china es muy dispar. Algunos apuntan a la participación del sector privado en la economía y otros a la cultura confucionista. Yo creo que estuvo en el pragmatismo de Deng Xiaoping, que bien se puede definir en esa famosa frase “No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es buen gato”. China mira a las economías vecinas, a los llamados tigres asiáticos y al espectacular desarrollo de Japón durante los años 60 y 70. Lo hace sin prejuicios ideológicos y decide seguir su modelo basado en el impulso del crecimiento mediante las exportaciones. Pero lo hace adaptándolo a la economía socialista China. La aplicación del modelo en el país fue gradual, descentralizado, teniendo siempre muy presentes las características nacionales y locales. No vemos una privatización inmediata, drástica y centralizada como las que hubo en Europa del Este tras el colapso de la URSS. Además, el papel rector del Partido Comunista Chino y del Estado no se pone en duda en ningún momento, lo que evita una crisis política que provoque un descontrol de la reforma económica.

Podemos comparar China y Rusia. La economía de la segunda se hundió tras las reformas económicas, la de China tuvo un impulso desde el primer momento. En la segunda se formaron oligarquías que rápidamente ocuparon tanto el poder político como el económico, en China tal cosa no sucedió.

Sin embargo, esta historia de éxitos no es lo que nos transmite la película. Sí es cierto que nos muestra personajes que disfrutan de la apertura china y mejoran su nivel de vida, pero la realidad de los protagonistas es bastante dura y ello se debe a un tema que hablaremos a continuación: las consecuencias sociales de la reforma económica.

Las consecuencias más dolorosas de la reforma económica

A pesar de reducir la pobreza y aumentar el crecimiento, la reforma económica ha traído una mayor desigualdad, la cual ha sido objeto de críticas. Estas disputas entre un sector más izquierdista y otro más moderado dentro del Partido Comunista Chino ha estado presente desde el nacimiento de la República Popular. Lo podemos ver en la represión de los sectores derechistas del partido en los 50 y durante la Revolución Cultural. Dicha división sigue vigente y tuvo su importancia sobre el desarrollo de la reforma económica.

Debemos destacar en este sentido la disputa entre Larry Lang y Gu Chujun. Lang es una figura controvertida en China. Se trata de un periodista defensor del marxismo y el maoísmo frente al socialismo con características chinas. Durante las privatizaciones del gobierno de Deng Xiaoping, Larry Lang acusó al empresario Gu Chujun de usurpar bienes estatales. Sea como fuere, Gu Chujun terminó encarcelado en 2008.

También hay que destacar la importante posición de la Nueva Izquierda en China. Se trata de una corriente de pensamiento sumamente crítica con el capitalismo. Desde su punto de vista, la reforma económica fue un error. Son defensores del legado histórico de Mao, la planificación estatal y la preservación de las propiedades del Estado. En general, son escépticos con las democracias capitalistas y favorables a las grandes movilizaciones de masas de la era maoísta.

En la película vemos una representación pesimista de la reforma económica, con una familia que no solamente tiene que afrontar una tragedia, sino que además debe asumir dificultades laborales y económicas derivadas de las nuevas políticas impuestas desde el gobierno. Esto es coherente con el cine de la Sexta Generación, centrado en las repercusiones negativas que la reforma económica tuvo en la población urbana. Muchas veces hablamos del éxito de China, pero no viene mal tener en cuenta que ese éxito exigió también mucho sacrificio.

La política del hijo único

La otra cuestión que vemos en la cinta y que marca la vida de sus protagonistas es la política del hijo único. Esta iniciativa fue un amplio programa de control demográfico que pretendía reducir el rápido crecimiento de la población en China. En realidad, no es tan extraño ver a un país intentar influir en la demografía con políticas públicas. Por ejemplo, en el periodo de entreguerras los diversos Estados occidentales llevaron a cabo una política pública cuyo objetivo era promover la natalidad. También, desde los 60 en adelante, algunos Estados occidentales permitieron la difusión de medidas anticonceptivas para que las mujeres pudiesen decidir si tienen o no tiene hijos. Las familias pasarán a estar planificadas. En cuanto a la implicación del Estado en una política antinatalista, China tampoco fue el primer caso.  En los años 70 tanto Singapur como el Hong Kong británico pusieron en marcha medidas para limitar las familias a dos hijos. De hecho, ya antes de aplicar la política del hijo único, China tomó medidas parecidas a las que hemos mencionado de Hong Kong y Singapur. Posteriormente, otros países pusieron en marcha limitaciones al número de hijos (Irán, algunas regiones de la India, Vietnam, por poner algunos ejemplos). Incluso en países democráticos como Reino Unido se han planteado políticas en este sentido.

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Skyline nocturno de Shanghái, la ciudad más poblada de China

Cuando hablamos de la política del hijo único no debemos entender que esta imperaba en toda china. Había excepciones significativas. Por ejemplo, los campesinos podían tener un segundo hijo, si el primero era hija. También había grupos que la política del hijo único entendía como excepciones, especialmente entre las minorías étnicas. De manera que, más que de una política del hijo único, deberíamos hablar de un control estatal de la natalidad que limitaba a las familias a uno o dos hijos.

El Estado tuvo que hacer un esfuerzo tremendo para aplicar este programa sobre la población, coordinando la acción de los gobernadores locales con los nacionales. Se permitió la difusión de anticonceptivos y la práctica del aborto. Al mismo tiempo, se llevaron a cabo esterilizaciones. El gobierno premiaba a aquellas familias que acataban la política de un solo hijo y castigaba a los que la violaban.

El principal efecto de esta política fue el descenso de la natalidad y la fertilidad. También el desequilibrio entre hombres y mujeres, primando los hijos varones sobre las mujeres. Sobre todo en el mundo rural se practicaba un aborto selectivo en función del sexo. Al mismo tiempo, la política del hijo único hizo que las familias invirtiesen más en el bienestar de sus hijos y aumentasen los esfuerzos por darle una mayor calidad de vida o brindarles las mayores oportunidades para que progresen en la vida. También mejoró la calidad de vida de la mujer. En primer lugar, porque los roles de género quedaron bastante desdibujados y las familias invirtieron todos sus recursos en que su descendencia se integrase socialmente, incluso en el caso de la descendencia femenina. Esto lo podemos ver con la incorporación, cada vez mayor, de la mujer en la enseñanza. En segundo lugar, porque la mujer quedaba liberada del esfuerzo y la carga económica de mantener varios hijos, lo que le permitía centrase más en su propio cuidado.

La política del hijo único trajo nuevos desafíos en diversos ámbitos. Uno de ellos es el del cuidado a las personas mayores en un país con cada vez menos jóvenes y con familias cada vez más reducidas.

Evidentemente, la política del hijo único está envuelta en la polémica. Al final, es un Estado que está forzando a las familias a una determinada planificación en favor de los objetivos demográficos del Estado. También hay que hablar de la aplicación desigual de esta política y de algunas consecuencias de sus vacíos, como por ejemplo los hijos no registrados nacidos al margen de la política del hijo único.

En 2013 se relajó la política del hijo único y en 2015 se le puso fin. Todavía hay debates sobre los efectos demográficos de esta decisión.  Esta película nos habla de la política del hijo único desde la óptica de una familia que sufre sus consecuencias más negativas. No pueden tener un segundo hijo y eso les destroza. Es una lectura vital sobre cómo esa política afectó a la gente de a pie. A partir de esa vivencia personal de las políticas de China, se hace una revisión algo menos optimista sobre el desarrollo del país.

Conclusión

La historia reciente de China es una historia de éxitos. Un Estado con una gran capacidad de marcarse objetivos y organizar a su población para conseguirlos. Lo hacen de manera impresionante. Dos grandes ejemplos son la transformación económica a partir de 1978 y la política del hijo único. La película “Hasta siempre, hijo mío” nos habla de estos dos procesos y de sus efectos, no tanto a nivel global en el país, sino a nivel vital sobre el día a día de los habitantes de China. Es una reflexión muy humana y hecha con bastante cariño. Una cinta muy recomendable y de gran calidad cinematográfica. Nos permite conocer mejor a ese lejano país que es China, así como su versión de aquello que han vivido más allá de nuestros prejuicios.

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Fotograma de la película “Hasta siempre, hijo mío”

Pedro Sánchez Prieto

Pedro Antonio Sánchez Prieto. Graduado en Historia y Máster en Investigación y Estudios Avanzados en Historia por la USAL.

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