No hay duda de que el nazismo es un tema todavía presente sobre el que se ha escrito una ingente cantidad de libros y artículos científicos. Hoy toca hablar de nazis y de su poco éxito en el ámbito de los juegos de mesa. Nos vamos a centrar en un juego de mesa de 2016 conocido como Black Orchestra, cuya temática guarda una íntima relación con los intentos fallidos de asesinar a Adolf Hitler. Considero que los juegos de mesa son una vía para aprender e interesarse más por la historia de la humanidad. Si queréis saber más al respecto os dejo aquí el enlace a un artículo que escribí sobre el tema.
Ahora sí, poneos cómodos para lo que se viene.
El nazismo en los juegos de mesa
El nazismo es un tema polémico y controvertido. La primera pregunta que hay que hacerse es, ¿por qué hay tan pocos juegos de mesa sobre este tema? Tanto en el cine como en los libros y los videojuegos se ha tratado desde diferentes perspectivas.
Es cierto que existe un punto en el que resulta éticamente espinoso diseñar y crear un juego sobre un determinado tema puesto que los juegos de mesa son actividades lúdicas con las que nos divertimos. En este sentido pensamos que hay temáticas concretas con las cuales no es preciso divertirse; es decir, no nos sentiríamos cómodos si tuviésemos que jugar a un juego de cartas sobre el Holocausto.
De forma paradójica no tenemos ningún problema en divertirnos con Guillotine, un juego ambientado en la Revolución Francesa. En este juego hay una fila de hombres y mujeres condenados a muerte que los van a decapitar, cada uno de ellos con un número de puntos variable dependiendo de la notoriedad del personaje. Gana quien más puntos consiga decapitando cabezas.
O bien juegos de gestión económica dónde la mano de obra es esclava. O incluso un proyecto de alumnos de ESO de varios países de la Unión Europea sobre la problemática de los refugiados.
El problema del tema del nazismo
¿Dónde puede estar la raíz del problema? Considero que el tema del nazismo, de forma inconsciente, nos hace crear una barrera moral que no construimos con otros exterminios de siglos atrás. Puede que nos podamos ver reflejados, en cierta manera, en los nazis puesto que son el ser humano, pero en su peor versión. Durante la Segunda Guerra Mundial toda la propaganda aliada había ido dirigida a presentar a los nazis como monstruos. Sin embargo, en los Juicios de Núremberg la opinión pública quedó absorta al comprobar que los nazis eran algo mucho peor, eran personas cometiendo autenticas atrocidades. En este sentido la filósofa alemana Hannah Arendt acuñó el término “la banalidad del mal”: el funcionario que trabajaba para el gobierno alemán que firmaba ordenes de arresto y a las cinco de la tarde se iba para casa, y si le preguntaban decía que cumplía ordenes.
La suerte de Hitler
Todos sabemos que Hitler se suicidó junto a su esposa el 30 de abril de 1945. A lo largo de su vida, desde que se alzó como líder del Partido Nazi y de Alemania sufrió, según las fuentes y los historiadores, 42 intentos de asesinato. Todos ellos no tuvieron éxito, bien por la alta protección de Hitler, una falta de planificación de los complots o la enorme suerte que tenía. La mayoría de las conspiraciones son poco conocidas y han pasado a la historia sin pena ni gloria. Probablemente el desconocimiento de estos se deba, más que a la importancia de los mismos, a la fama de la Operación Valkiria que cuenta con una película en la que se narra el intento de asesinar a Hitler en 1944 por un grupo de disidentes encabezados por el coronel Claus von Stauffenberg (interpretado por Tom Cruise en la película Valkirye).
La gran suerte con la que contaba Hitler se ve reflejada en este atentado. Claus von Stauffenberg colocó un maletín-bomba a escasos centímetros de los pies de Hitler en una sala donde estaba reunido con sus principales generales. Uno de ellos lo desplazó unos centímetros y lo colocó tras una de las patas de la robusta mesa alemana, motivo que le salvó la vida.
Orquesta Negra: Hitler debe morir
“Año 1936. Mientras Hitler acrecienta su férreo control sobre Alemania y evidencia cada vez más su fervor maníaco, un grupo de altos mandos del Reich une sus esfuerzos para intentar asesinarle. Un tenso y excitante juego de mesa donde deberás realizar tus acciones intentando no levantar sospechas. Pero el tiempo apremia, y debes estar preparado para arriesgar cuando llegue el momento”.
Así se nos presenta Orquesta Negra: Hitler debe morir, un juego cooperativo de Philip duBarry que se lanzó en 2016 y que se tradujo a nuestro idioma a principios de 2018. Cada jugador encanará a un conspirador y juntos intentaran poner fin al régimen de terror asesinando a Hitler antes que este se suicide en su bunker de la Cancillería alemana. Para ello existen distintos tipos de complots (los cuales están basados en intentos de conspiración reales) para logar acabar con el Führer. Los distintos conspiradores son: Friedrich Olbricht, Carl Goerdeler, Wilhelm Canaris, Hans Oster, Henning von Tresckow, Claus von Stauffenberg, Dietrich Bonhoeffer, Erich Kordt y Ludwing Beck.
Rigurosidad histórica del juego Orquesta Negra: Hitler debe morir
Como vemos en las fotos, un punto positivo del juego y bastante acertado es incluir una pequeña biografía de cada uno de ellos en relación a su disconformidad con el régimen nazi. El juego se divide en siete fases. Las primeras corresponden a los momentos de auge del Tercer Reich, y las últimas a los momentos finales del régimen y su progresivo aislamiento hacia la ciudad de Berlín. El juego cuenta con 84 eventos, y sus correspondientes fotos, que ocurrieron en realidad y que narran este avance y retroceso del imperio de Adolf Hitler. Algunos ejemplos son:
El juego presenta un factor de azar elevado, sin embargo está muy bien integrado en la historia que narra el juego, puesto que son mecánicas de azar totalmente necesarias para simular lo que de verdad ocurrió en la historia. Ya hemos mencionado que Hitler sufrió 42 intentos de asesinato y se salvó, en la gran mayoría de las ocasiones, por pura suerte.
Orquesta Negra presenta una importante simbología nazi. Sabemos que el simbolismo generó una gran atracción en el Partido Nazi. Podemos observar en este juego la esvástica (el principal símbolo nazi), también el águila del partido, el símbolo de las SS, o la insignia con forma de calavera utilizada por diferentes unidades militares alemanas, entre otros. Quiero resaltar la presencia de este tipo de simbología ya que en Alemania este juego no se puede editar ni vender, la única forma de que una persona que viva allí lo consiga es comprándolo en el exterior. Esta situación se debe a la prohibición que existe en Alemania ante cualquier tipo de símbolo nazi.
Conclusión
Oquesta Negra es un juego de mesa que demuestra que cualquier temática puede plasmarse en un juego de mesa. Considero que no debería de haber ninguna temática tabú, lo importante no es el tema que se plantee sino la forma de integrarlo y tratarlo en un juego lúdico. ¿Qué opináis sobre este tipo de temática en los juegos de mesa? ¿Consideráis un buen método para el aprendizaje de la Historia? Cualquier aportación es bienvenida, así que os animamos a que, tanto por las redes como en este post, nos dejéis vuestra opinión.
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